Luz y Arquitectura

Luz: Importancia En La Arquitectura



La luz es la primera de las condiciones variables que influyen en la arquitectura. La luz es una de las condiciones que rodean a la arquitectura, pero también puede ser utilizada como elemento. La luz solar es el medio dominante a través del cual la gente experimenta la arquitectura; pero la luz, tanto natural como artificial, puede ser manipulada por el diseño para identificar lugares concretos y darles un carácter específico. Si consideramos la arquitectura como escultura, concluiremos que es precisamente la luz la que nos permite verla y apreciar sus formas. Si pensamos en la arquitectura como identificación del lugar, distinguiremos entre lugares claros y lugares oscuros, lugares iluminados por una suave luz uniforme, mientras que otros se caracterizan por una fuerte luminosidad y unas sombras muy marcadas; lugares con luz moteada y otros en los que la luz esta cambiando continua pero sutilmente, lugares, como los teatros, en los que existe un acusado contraste entre claridad ( el escenario o lugar donde transcurre la acción ) y oscuridad ( auditorio o lugar destinado al publico).

La luz puede relacionarse con la actividad del lugar. A cada actividad se le puede encontrar el tipo de luz resultante mas apropiado para llevarla a cabo. La luz cambia y puede ser alterada. La luz del cielo varia a través de los ciclos de la noche y el día, y también a lo largo de las diferentes estaciones del año; a veces, llega matiza o difusa por la presencia de nubes. Las variaciones de luz pueden ser estimulantes. La luz natural puede ser explotada para definir lugares. Sus cualidades pueden ser alteradas deliberadamente por el diseño, variando la forma de penetración de los rayos solares en el edificio. Algunas casas antiguas tienen amplias chimeneas para dar salida a los humos de los lugares. Abiertas al cielo, permiten la entrada de una débil luz religiosa que ilumina el hogar cuando no hay fuego. Le corbusier busco un efecto similar en las tres pequeñas capillas laterales, envolviéndolas en una suave luz reflejada sobre el tosco encalado blanco de los muros ( Capillas de Ronchamp )... La luz de la bombilla eléctrica es más constante y fácil de controlar que la luz solar; puede encenderse y apagarse a voluntad, o graduarse con precisión su intensidad, color y dirección. Uno de los usos más expresivos de la luz eléctrica se produce en los teatros: pero cualquier lugar puede ser considerado como un teatro y ser iluminado en consecuencia.

Los proyectores permiten señalar la posición de un actor, un cantante, un cuadro, un objeto o cualquier otro elemento hacia el que se quiera dirigir la atención. Los haces de luz también pueden funcionar en el sentido contrario, es decir, atrayendo la atención hacia su fuente. La luz tanto la luz cambiante del sol, como la luz eléctrica, mas fácil de controlar con precisión, puede contribuir de muchas maneras a la identificación de lugares por medio de la arquitectura. El modo como la luz contribuye a la identificación del lugar es parte consustancial de la arquitectura. El tratamiento de la luz juega un papel importante en la organización conceptual del espacio y determina el modo como se usan los elementos primarios de la arquitectura. La luz contribuye al ambiente del lugar. No cabe duda de que la iluminación adecuada para un lugar de contemplación o de oración debe tener cualidades muy distintas a las de un lugar donde se juegue al baloncesto o a las de un quirófano donde se practiquen operaciones. El mismo lugar puede cambiar radicalmente de carácter según el modo de iluminarlo. Piénsese en el espectacular cambio que experimentan las facciones del rostro de una persona cuando se la ilumina una linterna desde abajo. La inversión de las condiciones de iluminación en el teatro, cuando se apagan las luces de la sala y se encienden los proyectores del escenario, contribuyen en gran parte a la magia del teatro. La luz puede desmaterializar la fábrica de un edificio. Una superficie ( de un muro, una cúpula, por ejemplo ) completamente lisa, bien iluminada, quizás de manera que no podamos apreciar los bordes, puede llegar a darnos la impresión de que pierde su materialidad y se convierte en algo incorpóreo, etéreo como el aire. La ausencia de luz puede producir un efecto similar. En las iglesias góticas, los planos se confunden en la profundidad de la perspectiva hasta disolverse en la penumbra.


Artículo escrito por: Luisa Garcia
Escritora de articulos para el Portal Arqhys.com
Santo Domingo, Rep. Dom.

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