Dentro de sus 2 principales condiciones de generación, natural y artificial, puede dar definición a nuestros lugares dotándolos de una particularidad y/o un contraste en relación a nuestros requerimiento.
La arquitectura toma de la mano a la luz para crear condiciones en las que podemos generar un significado, lugares de cobijo o penumbra, lugares abiertos, de gran luminosidad, entre una variada gama de posibilidades. En esta situación, son múltiples los factores que podemos utilizar y adecuar para lograr una mayor definición de nuestros ambientes.
En la salida, “en búsqueda de la luz”, nos situamos en un lugar de la capital, específicamente el paseo ahumada, para observar e investigar las relaciones entre la luz y la arquitectura, y cómo influyen estas en nuestra percepción del entorno. Ayudados con un instrumento llamado luxómetro, un aparato sensible que realiza medidas de los niveles de iluminación ambiental,nos va dando a entender a medida que avanzamos en el recorrido, las diferentes determinantes en que la luz está involucrada.
El Paseo Ahumada es una vía de exclusivo uso peatonal ubicada en el centro de Santiago de Chile, entre la Plaza de Armas de Santiago y la Alameda del Libertador Bernardo O’higgins en sentido norte-sur, así mismo en sus dos extremidades se encuentran las estaciones de metro Universidad de Chile y Plaza de Armas. Es considerada la calle de referencia más activa y comercial del centro de la ciudad y en ella transitan un millón de personas diariamente, ya sea para ir a casas comerciales o a su lugar de trabajo. Posee la característica de ser un paseo longitudinal, a cielo descubierto, sin embargo los edificios que lo colindan dan una impresión de determinación del espacio confinado en un sentido único, incluso podríamos decir que nos dirige en una trayectoria impuesta, claro, siempre con diferentes opciones dentro del camino.
Su orientación responde a una forma eficiente de minimizar el impacto directo de los rayos solares, ya que los edificios colindantes del pasaje actúan a un nivel de parasoles verticales, creando así la forma de un túnel con una exposición solar mínima y la mayor parte de la iluminación generada es por reflexión y difusión. Esto permite generar un espacio adecuado para el tránsito de personas la mayor parte del tiempo, ya que es claro que nadie se atrevería a transitar por un pasaje en el cual el sol llega de frente.Además se incluye el hecho, que esta orientación es más beneficiosa que sus otras posibles orientaciones, ya que de haber proyectado este pasaje con una orientación distinta habría hecho casi imposible el generar un espacio sombreado para el tránsito de peatones. Además las fachadas de las edificaciones que generan el pasaje, son de una terminación que permite una reflexión baja de la luz que impacta en ellas, otorgando una luminosidad aceptable a la vista. En cierto momento del día, cuando el sol pasa sobre el paseo se genera la mayor cantidad de radiación directa, es aquí donde los arboles juegan un rol fundamental en la generación de sombra.
Siguiendo el recorrido nos encontramos con lugares de descanso, semicubiertos, que poseían características de iluminación natural indirecta (por reflejo en superficies blancas) generando así una sensación de armonía y calma, agradables para tomarse un tiempo antes de seguir el recorrido. Nos adentramos también en otra galería que tenía por cualidad la iluminación artificial, la cual daba la sensación de estar en un lugar exterior nocturno, por la luz que entregaban los faroles, definiendo el lugar ad-hoc con el comercio colindante.
Nicole Donoso
Ingrid Sepúlveda
Daniela Valencia
Laboratorio de Taller 1.-Prof. Velia García
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